Cuando pensamos en nuestra infancia es muy difícil que no nos vengan a la mente esos momentos en los que jugábamos en el patio del colegio o en el parque al salir de clase y corríamos hasta que no podíamos más. Puede que no lo percibamos de esta forma, pero ahí estábamos haciendo ejercicio, y no solamente eso, sino que lo hacíamos en compañía. Además de constituir nuestros primeros recuerdos, todos esos juegos nos ayudaban a socializar y a comenzar a acercarnos a los valores deportivos de honradez, trabajo en equipo y respeto. Sin embargo, los beneficios de hacer deporte en grupo no acaban ahí.
El deporte, a cualquier edad pero en especial en la infancia, no solamente ayuda a estar activos, sino que se trata de una fase psicológicamente fundamental para los más pequeños, pues su desarrollo en edades tempranas es rápido, igual que ellos. De ahí que sea importante tener en cuenta el deporte en la infancia desde un punto de vista sano tanto para la mente como para el cuerpo. Los beneficios que puede traer de mayores son de gran importancia.
Deporte desde la infancia
Puede que muchos padres y madres lo hagan de forma instintiva o natural, pero inculcar a los más pequeño de la casa el amor por el deporte o por cualquier actividad física no solamente ayudará a que creen una relación sana con el ejercicio y con su cuerpo, sino que también cumple una función de desarrollo física y cognitiva.
La OMS recomienda que los peques de entre 5 y 17 años hagan al menos una hora al día de alguna actividad que les haga mover el cuerpo, por lo que no necesariamente tiene que ser un deporte. De hecho, la relación con este tipo de actividades puede comenzar desde muy pequeños, adaptando el ejercicio a su edad y siempre respetando la opinión del pequeño. Todos los niños tienen alguna actividad al aire libre que les gusta más que otras, así que debemos encontrarla y enseñarles sin ninguna presión, haciendo hincapié en desarrollar habilidades básicas. Muchos padres se centran demasiado en la competición, que a edades tempranas no tiene mucho sentido, y no en la diversión, que es lo que tendría que importar en todo momento.
El caso es que siempre suele surgir la duda de qué deportes pueden hacer dependiendo de la edad y de los gustos del peque. Normalmente son ellos los que se ponen a jugar y escogen la actividad, pero nosotros, como padres y madres, podemos proporcionarle la opción de varios deportes, con juegos abiertos y no estructurados que ayuden a desarrollar habilidades básicas como la locomoción, el equilibrio y la manipulación.
Uno de los ejemplos que más nos gustan es la natación, ya que aporta grandes beneficios a los niños. Además de hacer un ejercicio completo y poder comenzar a practicarse a una temprana edad, les ayuda a adaptarse al agua y a crear lazos con sus familiares, ya que se les puede enseñar a nadar o a hacer algunos ejercicios juntos.
Cuando todavía son pequeños también se les puede animar a realizar actividades aeróbicas, siempre en un ambiente relajado y divertido que les ayude a mejorar la autoestima, la coordinación y valores como el respeto y la superación. Además de todos los beneficios psicológicos, estas actividades y muchas otras ayudan también a nivel de salud.
Cómo inculcar el deporte por edades
No solamente debemos saber qué tipo de deporte pueden nuestros peques realizar dependiendo de la edad, sino que tenemos que ir cambiándolas conforme los niños crecen y ganan habilidades motoras básicas. Es en ese momento cuando podemos introducir reglas y un enfoque del deporte más reglamentario.
Con ello no nos referimos que cuando son más pequeños no deban tener reglas, sino que ahora se pueden ‘profesionalizar’ y pueden también ser más complejas. Para que los padres y madres se puedan orientar hemos preparado 2 categorías básicas:
- Niñez temprana (4 a 7 años). Es aquí cuando el desarrollo corporal comienza a notarse y cuando podemos enfocar sus actividades hacia la práctica deportiva. Aquí es cuando experimentan su primer acercamiento a deportes colectivos comunes, como el fútbol y el baloncesto, pero también actividades individuales como la natación, el tenis y el atletismo. Psicológicamente los beneficios de hacer deporte en grupo a esta edad pueden ir desde el desarrollo y evolución de la empatía hasta la creación de valores positivos propios y personales.
- Niñez intermedia (7 a 12 años). Aquí ya podemos hablar de un desarrollo físico mucho mayor, por lo que, como hemos comentado antes, podemos también comenzar a enseñar deportes más reglados. Algunas de las actividades en grupo más populares son el judo, el voleibol o el hockey. A nivel individual podríamos destacar el ciclismo, el atletismo o la natación competitiva. En esta fase los niños comenzarán a aprender valores como el compañerismo y la superación.
¿Por qué es fundamental la actividad física en niños?
Uno de los beneficios de hacer deporte en grupo o de forma individual en la infancia es, principalmente, investigar, explorar, resolver problemas básicos y divertirse. Es una excelente forma de aprender y desarrollar destrezas y habilidades intelectuales y cognitivas mientras se divierten, es decir, sin que se den cuenta y sin que sea una lección.
El problema es cuando eliminamos esa misma diversión de la ecuación y orientamos el deporte hacia solamente el seguimiento de unas normas estrictas y a obligaciones. Esta perspectiva les generará una actitud negativa hacia la actividad física y dificultará su adherencia al ejercicio. Por eso la clave está en desarrollar diferentes tipos de juegos, solo para que creen un vínculo sano con el deporte, sino por la importancia de la actividad físicas en muchas áreas del crecimiento:
- Mejora las habilidades motoras.
- Crea hábitos deportivos.
- Ayuda a aprender a seguir unas reglas.
- Evita el sedentarismo.
- Mejora las habilidades sociales.
- Corrige algunas patologías (obesidad o sobrepeso).
- Ayuda a dormir mejor.
Beneficios de hacer deporte en grupo
Si hacer deporte ya puede generar ventajas en el crecimiento y en el desarrollo físico e intelectual de un niño, todavía más beneficios podremos obtener de las actividades físicas en grupo. Mira todo lo que pueden hacer por tus peques:
Respeto por las normas. En los deportes de equipo las normas o reglas a seguir se pueden aprender más fácilmente porque son más claras, especialmente por las alineaciones y las posiciones que cada integrante debe ocupar. Como sus acciones influirán tanto en los resultados como en sus compañeros, los niños entienden mejor la necesidad de cumplir esas reglas.
Compañerismo y trabajo en equipo. Si tu peque recibe una falta, sus compañeros estarán ahí para animarle y seguir luchando por el equipo. Gestos tan sencillos como este les enseñan la importancia de ayudar a sus compañeros para alcanzar sus objetivos, fomentando así el trabajo en equipo y la no culpabilidad.
Respeto al que piensa diferente. No importa si al principio todos los niños no se llevan bien entre ellos o si piensan diferente. Una vez en el campo de juego, esas diferencias desaparecen porque buscan trabajar juntos por un mismo objetivo. En este caso aprenden tolerancia y respeto con las personas que tienen diferentes formas de ser, pensar y actuar.
Liderazgo. El liderazgo es algo que solo se puede trabajar en un deporte en equipo. En algún momento, los peques tendrán que asumir la responsabilidad y tratar de ser un referente para sus compañeros. Con ello trabajarán sin darse cuenta la autoestima, mejorarán su capacidad para trabajar en equipo, tomar decisiones y asignar tareas al resto de compañeros.
Disciplina. Esta es otra característica que perfectamente se puede trabajar en un deporte individual, pero si se juega en grupo también anima a los niños y niñas a respetar los horarios y las normas. Ese mismo espíritu hará que, si algún pequeño se desarma, siga luchando por el equipo porque tiene un compromiso con el resto de compañeros, que cuentan con él.
Pensamiento estratégico. El deporte en equipo tiene como una de sus bases identificar las habilidades de cada miembro y plantear un plan para aprovecharlas al máximo. Al comienzo y si los niños son muy pequeños será el entrenador el que realice esta planificación, pero poco a poco los niños irán adquiriendo la habilidad para formar sus estrategias y reconocer las del rival.
Humildad y manejo de la frustración. Si la educación que se les da desde el punto de vista del deporte es positiva, aprenderán también a gestionar la sensación de fracaso y manejar su frustración. En un deporte individual también se trabaja estas sensaciones, pero en un equipo lo harán con niños que también sufrirán las mismas emociones. Así, podrán compartir y canalizar tanto los momentos positivos como los negativos.
Autoestima. Los aplausos de los padres y maderas desde la grada serán motivo de orgullo y alegría para el peque, pero serán las felicitaciones de sus compañeros, los que luchan junto a él, las que más efecto tienen en su autoestima. Ante un error, sus compañeros también podrán ayudarle a reponerse y seguir intentándolo con confianza.
Estos son solo algunos de los beneficios de hacer deporte en grupo, ya que si se acoge el que más le guste al peque y se le apoya durante todo el proceso se creará un lazo muy especial que le acompañará durante todo su crecimiento. Al igual que la sensación de victoria y compañerismo, un trofeo también les ayudará a entender la derrota y a valorar su propio esfuerzo y el de sus compañeros.
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