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Campus de verano: un recuerdo para toda la vida

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La llegada del verano da la oportunidad a los más pequeños de hacer muchas cosas que el resto del año no pueden por el colegio y por otras tareas. Es la época de las aventuras, de las actividades al aire libre y de pasar tiempo de calidad con amigos y con aquellos que están por venir. Y, por supuesto, es el momento estelar del campus de verano, el lugar donde los niños pueden por fin realizar con libertad (y seguridad) un montón de actividades que les ayudan no solo a estar entretenidos, sino a fomentar valores de compañerismo y deportividad con todos los concursos que suelen preparar los voluntarios y cuidadores durante la estancia.

Como sabemos que cualquier actividad que sea interesante para los niños también hace felices a sus padres, hoy vamos a investigar todos los beneficios que este tipo de ‘retiros’ pueden hacer por los peques de la casa en estos días de vacaciones y calor.

 

 

¿Qué tener en cuenta?

Como padres, nos puede hacer tanta ilusión como a nuestro peque llevarle a un campus de verano. En estos campamentos, podrá participar en actividades que de otro modo no tendría la oportunidad de realizar. Además, estos momentos son ideales para que forme amistades y desarrolle lazos de camaradería fuertes y emocionalmente significativos. Sin embargo, es natural tener dudas sobre qué campus escoger o cuál sería el más adecuado para nuestro hijo.

Aunque el objetivo principal es la diversión, lo más importante y lo primero en lo que se piensa es en la seguridad y en el tipo de actividades y valores que ofrece la organización. Por eso, si estás considerando inscribir a tu peque en un campus de verano, te recomendamos que tengas en cuenta lo siguiente:

 

Intereses y necesidades

El campus de verano es por y para nuestros hijos, por lo que es necesario asegurarse de que el campamento ofrezca actividades que les interesen, como deportes, arte o aventura, y que se sientan cómodos con la duración y el tipo de alojamiento. No debemos forzarles a realizar ejercicios o actividades que no les gusten, por lo que la comunicación es fundamental cuando vamos a enviar a nuestros peques a un lugar en el que estarán algunos días sin vernos.

 

La seguridad

Es el elemento más primordial. Verifica que el campamento tenga las certificaciones necesarias, una adecuada proporción de personal respecto a niños y protocolos de emergencia bien establecidos. Revisa también las cualificaciones y la experiencia del personal, asegurándose de que estén capacitados en primeros auxilios.

 

La reputación del campamento

Si no se está completamente seguro del lugar siempre se pueden buscar opiniones de otros padres y participantes, y si es posible, visitar el campamento previamente para conocer sus instalaciones y el ambiente que predomina. Observa la programación diaria para asegurar que haya una variedad equilibrada de actividades y de que el campamento ofrezca opciones flexibles según las necesidades de tu hijo.

 

La ubicación

Decide si prefieres un campamento cercano a casa o si estás dispuesto a enviar a tu hijo a uno más lejos. En esta decisión, también es importante considerar el tipo de entorno que más le guste, ya que será él quien pase el tiempo allí y, por supuesto, debe disfrutarlo.

Evalúa también los gastos, incluyendo los adicionales, como el transporte y el equipo especial, y asegúrate de que el gasto general del campamento se justifica con las actividades y la calidad del personal.

 

Diversidad y valores inclusivos

Es fundamental que el campamento promueva un ambiente inclusivo y respete la diversidad. Asegúrate de que su filosofía y valores se alineen con los que deseas inculcar en tu hijo. Infórmate sobre las opciones de alimentación y verifica que puedan acomodar cualquier necesidad dietética especial. Además, revisa las condiciones de alojamiento para garantizar que sean seguras y cómodas.

 

Comunicación

Finalmente, habría que revisar que el campamento tenga mecanismos para evaluar y mejorar continuamente sus programas. Puede que no sea algo que se tenga muy en cuenta, pero verificar cómo y con qué frecuencia se comunican con los padres sobre el progreso y bienestar de los niños es una característica que transmite confianza y tranquilidad.

No podemos olvidarnos de que, al final, estamos dejando a nuestros hijos a cargo de un grupo de personas en un lugar que los peques no tienen por qué conocer. Es lógico investigar si será una actividad en la que estén cómodos y se respete cualquier diferencia dietética o de comportamiento, fomentando la inclusividad y los valores con los que estemos alineados como padres.

 

 

¿Qué actividades podemos esperar de un campus de verano?

Las actividades en un campamento de verano suelen ser variadas y están diseñadas para entretener, educar y fomentar habilidades sociales y personales en los participantes, como por ejemplo:


Deporte

La práctica de distintos deportes, como el fútbol, la natación, el kayak o actividades más relacionadas con la naturaleza, como escalada, senderismo o paddleboarding, pueden a la vez fomentar la deportividad y el entendimiento de la naturaleza y sus procesos. Los juegos y las competiciones como las carreras de sacos o los juegos de captura la bandera son siempre un clásico, no solamente por la diversión, sino porque se fomenta la competición limpia y sana. Si el equipo unido se esfuerza obtendrá la victoria y su pertinente premio, pero el respeto por el equipo rival siempre estará presente.

 

Arte y creatividad

Este tipo de actividades son sin duda de las que más esperan los niños. Es el momento de dejar volar la imaginación y crear sin normas ni restricciones. La pintura, el dibujo, la creación de una obra de teatro o el baile les ayudan a expresar emociones y a liberarse de aquellas que llevan dentro y a las que no se les da un espacio en otros ambientes.

Educación. Todo campus de verano que se precie tiene una parte educativa dentro de cualquier actividad al aire libre. En el bosque los niños pueden aprender de primera mano cómo funciona la naturaleza y el comportamiento de los animales en su día a día.

Hacer un campamento al aire libre y utilizar brújulas y mapas, sin tecnología, les ayuda a entender mejor el mundo que les rodea. Aunque no lo parezca, la naturaleza tiene un sentido y una forma de hacer funcionar todos sus ecosistemas de manera perfecta. Es imprescindible que, mientras juegan buscando constelaciones o aprendiendo técnicas de supervivencia, comprendan que forman parte del mundo y que pueden moverse por él y comunicarse de manera efectiva.

 

Actividades sociales

Los niños van a un campus de verano para relacionarse, desarrollar sus habilidades sociales y conocer a otros niños que, de otra forma, no habrían conocido. Por eso, muchas veces se fomentan actividades que promuevan la cooperación, la comunicación y el trabajo en equipo. Una fiesta temática, noches de cine o canciones pueden crear el ambiente perfecto para que los niños se relacionen de manera natural y sin sentirse forzados a ello.

 

 

Actividades relajantes.

No todo puede ser aventura constante, especialmente con niños, quienes pueden cansarse en algún momento del día. Por eso, los campamentos suelen incluir en su horario actividades «de mesa», como ajedrez, rompecabezas o juegos de cartas. También hay momentos libres, como el recreo, donde los niños tienen tiempo para explorar el campamento, leer y relajarse.

Estas actividades no solo buscan entretener a los niños, sino también ayudarlos a desarrollar habilidades importantes, fomentar su creatividad y promover un estilo de vida activo y saludable. La diversidad de actividades también hacen que cada niño encuentre algo que le apasione y que pueda descubrir todavía más.

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Ventajas

Ya sabemos que un campus de verano puede ser una solución maravillosa para que los niños no pasen todo el verano en casa sin hacer nada. Además de animarles a estar en la naturaleza, los campamentos también les aportan muchos otros beneficios a nivel emocional:

Amistad y compañerismo

En el campamento los niños interactúan con nuevas personas, lo que les ayuda a desarrollar sus habilidades sociales y a mejorar su autoestima.

 

Confianza

Este tipo de actividades fortalecen la confianza de los niños y les enseñan empatía porque les ayudan a reconocer y controlar sus emociones.

 

Ejercicio físico

Los niños están constantemente en movimiento y haciendo ejercicio al aire libre. A menudo se prohíben los aparatos electrónicos, fomentando el deporte y el juego con sus compañeros.

 

Liderazgo

A través del juego y las actividades, los niños aprenden a tomar decisiones, ser creativos y trabajar en equipo, habilidades esenciales para el liderazgo.

 

Educación

Los niños aprenden de forma constante y sin darse cuenta, adquiriendo valores y respetando a sus compañeros y monitores.

 

Juego

Muchos niños no disfrutan del juego debido al ritmo de vida actual. En un campus de verano pueden jugar y divertirse con otros niños de su edad.

 

Familia

Al estar lejos de casa, los niños aprenden a valorar a su familia, amigos y todo lo que tienen en su entorno.

 

Experiencias prácticas

Este tipo de actividades se centran en el aprendizaje práctico, lo que favorece el desarrollo cognitivo y estimula la creatividad para resolver problemas.

 

Organización

Los niños aprenden a organizarse y seguir instrucciones gracias a las rutinas diarias que deben cumplir en el campamento.

Eso sí, también debemos tener en cuenta que si los niños son enviados a un campamento por imposición o a uno que no les interesa, no podrán disfrutar de las ventajas que acabamos de comentar. Si nunca han estado separados de sus padres durante varios días, podrían tener dificultades para adaptarse, por lo que siempre hay que hablar con ellos, no obligarles y explicarles todo lo que podrán vivir allí.

Además, enviar a los hijos a un campamento de verano puede implicar un gasto considerable, dependiendo del campamento elegido. Es crucial que los padres se informen bien sobre el campamento y se aseguren de que cuenta con todo lo necesario, incluidos monitores especializados y medidas de seguridad adecuadas. De lo contrario, podrían elegir uno inadecuado que no cumpla con los requisitos mínimos para que los niños se diviertan y estén bien cuidados.

 

Familia y derechos

 

En Trofeus ABM nos dedicamos a la creación de premios desde hace más de 30 años y no hay nada que nos haga más ilusión que los encargos de pequeños recordatorios de victoria para los niños que pasan su verano en un campus de verano. Es en este ambiente en el que pueden aprender lo que de verdad significa la deportividad, el trabajo en equipo y la ayuda y respeto entre compañeros. Nos enorgullece poder formar parte en una pequeña porción de ese momento, y por eso nos esforzamos para que nuestras creaciones se ajusten a las necesidades.

Por eso ofrecemos una gran variedad de opciones, para que cada trofeo sea único y refleje la esencia de la celebración. Queremos ayudarte a hacer que cada reconocimiento sea especial y perdure para siempre en la memoria de quienes lo reciben. Si quieres saber más sobre nuestras creaciones puedes ponerte en contacto con nuestro equipo y contarnos la idea de tu premio perfecto para que lo podamos hacer realidad.